Para ello se sirve de once anecdotas atribuidas al mistico chino Chuang Tse. A traves de ellas nos habla del estado de ausencia del ego, al que demonina el bote vacio, nos habla de la espontaneidad, de los sueños y de la totalidad, de como vivir la vida en un estado de no eleccion y de como enfrentarnos con la muerte con la misma ecuanimidad.