Ya había atravesado cuatro estados: California, Nevada, Utah y Colorado.
Estaba agotada, pero no podía detenerme.
Ni el sueño, ni el cansancio, ni el hambre o la sed interferían en mi determinación. Si paraba, me pondría a pensar en lo desgraciada que me sentía, en lo patética que se había convertido mi vida en los últimos meses. Y no quería eso. Al fin y al cabo, era Navidad.
Después de un amargo divorcio, Kim se ha cerrado al amor. Por eso, cuando se detiene en una destartalada cafetería a orillas de la interestatal ochenta y conoce al optimista y sonriente John, su mundo se pone patas arriba y ya nada vuelve a ser lo mismo.
Dos anillos. Una boda. Y unos cuantos sueños por cumplir.
Esta es la historia de un amor que quizá siempre estuvo destinado a ser.
Ya había atravesado cuatro estados: California, Nevada, Utah y Colorado.
Estaba agotada, pero no podía detenerme.
Ni el sueño, ni el cansancio, ni el hambre o la sed interferían en mi determinación. Si paraba, me pondría a pensar en lo desgraciada que me sentía, en lo patética que se había convertido mi vida en los últimos meses. Y no quería eso. Al fin y al cabo, era Navidad.
Después de un amargo divorcio, Kim se ha cerrado al amor. Por eso, cuando se detiene en una destartalada cafetería a orillas de la interestatal ochenta y conoce al optimista y sonriente John, su mundo se pone patas arriba y ya nada vuelve a ser lo mismo.
Dos anillos. Una boda. Y unos cuantos sueños por cumplir.
Esta es la historia de un amor que quizá siempre estuvo destinado a ser.