Ha pasado un tiempo desde la vez que Samantha Daniels dejó de creer en el amor. Cuando sus ojos se fijaron en el sexy y provocativo jugador de fútbol americano Kyle Johnson, su corazón vuelve a formar parte del juego así no lo quiera, y es que es imposible resistirse a la atracción sexual que hay entre ambos, sobretodo porque Kyle parece ser un imán que la atrae sin importar la distancia.
Sam sabe que los ojos verdes de Kyle además de diversión y picardía expresan problemas en letras mayúsculas y brillantes, pero su corazón no piensa mucho en las precauciones. Al contrario, Kyle nunca ha tenido problemas con las mujeres, y a finales de sus veintes, enamorarse no está en la lista de cosas por hacer antes de llegar a los treinta. Pero cuando la bella rubia de ojos soñadores y pícaros, le da una mirada, oficialmente estuvo perdido.
Dolor. Secretos. Miedo. Pero sobretodo amor, envuelve a estos dos cada que están cerca.
¿Será eso suficiente para sanar las heridas? O ¿Llegó el momento de dejar el campo de juego para por fin recoger los pedazos de sus corazones rotos?
El tiempo se está acabando y a veces con ello, también las ganas de seguir luchando. Ambos se han hecho daño el uno al otro, llegó el momento del desempate y con ello...uno de los dos ha de salir del campo de juego...para siempre.
El punto está en que a veces ganar, no es sinónimo de felicidad. Y en este caso, puede que lo que esté en juego sea solo la posibilidad de un nuevo comienzo, no la posibilidad de ser feliz.
Ha pasado un tiempo desde la vez que Samantha Daniels dejó de creer en el amor. Cuando sus ojos se fijaron en el sexy y provocativo jugador de fútbol americano Kyle Johnson, su corazón vuelve a formar parte del juego así no lo quiera, y es que es imposible resistirse a la atracción sexual que hay entre ambos, sobretodo porque Kyle parece ser un imán que la atrae sin importar la distancia.
Sam sabe que los ojos verdes de Kyle además de diversión y picardía expresan problemas en letras mayúsculas y brillantes, pero su corazón no piensa mucho en las precauciones. Al contrario, Kyle nunca ha tenido problemas con las mujeres, y a finales de sus veintes, enamorarse no está en la lista de cosas por hacer antes de llegar a los treinta. Pero cuando la bella rubia de ojos soñadores y pícaros, le da una mirada, oficialmente estuvo perdido.
Dolor. Secretos. Miedo. Pero sobretodo amor, envuelve a estos dos cada que están cerca.
¿Será eso suficiente para sanar las heridas? O ¿Llegó el momento de dejar el campo de juego para por fin recoger los pedazos de sus corazones rotos?
El tiempo se está acabando y a veces con ello, también las ganas de seguir luchando. Ambos se han hecho daño el uno al otro, llegó el momento del desempate y con ello...uno de los dos ha de salir del campo de juego...para siempre.
El punto está en que a veces ganar, no es sinónimo de felicidad. Y en este caso, puede que lo que esté en juego sea solo la posibilidad de un nuevo comienzo, no la posibilidad de ser feliz.