"Desde sus primeras lineas, Una ciudad de estatuas y perros inscribe su discurso en un espacio en movimiento tanto por el desplazamiento físico como por la comunicación virtual. La perspectiva cosmopolita de una de las voces que narra se resume en esta aseveración: "Definitivamente había demasiadas palomas en Costa Rica y demasiadas ratas en Nueva York, demasiados perros en Santiago y demasiada pobreza en Jinotepe". Migrar al sur y migrar al norte es su destino. Así esta colección de relatos nos invita a mirar al mundo a través de los ojos entreabiertos de un perro callejero y aguacatero o quiltro, que además está muerto. Esa es la metáfora desde la cual Maria del Carmen Perez, escritora nicaragüense radicada en Santiago de Chile, evoca la mirada de quien es invisible en esta ciudad..."
"Desde sus primeras lineas, Una ciudad de estatuas y perros inscribe su discurso en un espacio en movimiento tanto por el desplazamiento físico como por la comunicación virtual. La perspectiva cosmopolita de una de las voces que narra se resume en esta aseveración: "Definitivamente había demasiadas palomas en Costa Rica y demasiadas ratas en Nueva York, demasiados perros en Santiago y demasiada pobreza en Jinotepe". Migrar al sur y migrar al norte es su destino. Así esta colección de relatos nos invita a mirar al mundo a través de los ojos entreabiertos de un perro callejero y aguacatero o quiltro, que además está muerto. Esa es la metáfora desde la cual Maria del Carmen Perez, escritora nicaragüense radicada en Santiago de Chile, evoca la mirada de quien es invisible en esta ciudad..."