Se narra la historia de María de la Luz Cervantes, una mexicana de veintisiete años que alquila un vehículo para ir a visitar a sus parientes en Zaragoza y sufre una avería en el Desierto de los Monegros. Estaba casada con un prestidigitador con quien debía reunirse aquel día después de visitar a sus parientes. Después de una hora de desesperación, consigue que un autobús que por allí pasaba la recoja para llevarla a un sitio donde conseguir un teléfono, para avisar a su marido que no llegaría a las siete de la noche, como lo habían acordado. Tras horas en procura de un teléfono, María llega a un sanatorio psiquiátrico en el cual la toman por una de las internas, razón por la cual no le creen que sólo está de paso y que lo que intenta es hacer una llamada. Por la fuerza le inyectan un somnífero que la hace dormir hasta la mañana siguiente, en la cual el director del sanatorio, tratándola con tierna suavidad, escucha todo lo que ella tiene que decirle explicándole quién es y por qué ha llegado allí. Desde luego que no le cree nada de lo que ella le dice, indicándole que ya habrá tiempo para hacer llamadas en el futuro, lo cual le revela que siguen pensando que es una interna. Por la tarde, la inscriben con un número serial en la clínica.
Se narra la historia de María de la Luz Cervantes, una mexicana de veintisiete años que alquila un vehículo para ir a visitar a sus parientes en Zaragoza y sufre una avería en el Desierto de los Monegros. Estaba casada con un prestidigitador con quien debía reunirse aquel día después de visitar a sus parientes. Después de una hora de desesperación, consigue que un autobús que por allí pasaba la recoja para llevarla a un sitio donde conseguir un teléfono, para avisar a su marido que no llegaría a las siete de la noche, como lo habían acordado. Tras horas en procura de un teléfono, María llega a un sanatorio psiquiátrico en el cual la toman por una de las internas, razón por la cual no le creen que sólo está de paso y que lo que intenta es hacer una llamada. Por la fuerza le inyectan un somnífero que la hace dormir hasta la mañana siguiente, en la cual el director del sanatorio, tratándola con tierna suavidad, escucha todo lo que ella tiene que decirle explicándole quién es y por qué ha llegado allí. Desde luego que no le cree nada de lo que ella le dice, indicándole que ya habrá tiempo para hacer llamadas en el futuro, lo cual le revela que siguen pensando que es una interna. Por la tarde, la inscriben con un número serial en la clínica.