Entender el lenguaje como nexo con lo otro, lo desconocido y lo extraño, es la principal apuesta de Umbral. Roberto Abad presenta en sus múltiples universos narrativos la idea de que, al nombrarse, todas las realidades se vuelven posibles, incluso aquellas que encarnan nuestros miedos más primordiales. Sus cuentos evidencian la infinita posibilidad de mundos y seres que existen más allá de lo comprobable. La riqueza de sus personajes, las atmósferas cotidianas y el tratamiento de lo psicológico hacen que esta antología sea de difícil clasificación, pues el autor explora varios registros —fantástico, terror, absurdo—. Un elemento sorpresivo se presenta al lector para involucrarlo de manera aguda: un tablero de ouija con el que habrá de interactuar al recorrer las páginas, dejándose llevar por las reglas que impone el juego prohibido.
Entender el lenguaje como nexo con lo otro, lo desconocido y lo extraño, es la principal apuesta de Umbral. Roberto Abad presenta en sus múltiples universos narrativos la idea de que, al nombrarse, todas las realidades se vuelven posibles, incluso aquellas que encarnan nuestros miedos más primordiales. Sus cuentos evidencian la infinita posibilidad de mundos y seres que existen más allá de lo comprobable. La riqueza de sus personajes, las atmósferas cotidianas y el tratamiento de lo psicológico hacen que esta antología sea de difícil clasificación, pues el autor explora varios registros —fantástico, terror, absurdo—. Un elemento sorpresivo se presenta al lector para involucrarlo de manera aguda: un tablero de ouija con el que habrá de interactuar al recorrer las páginas, dejándose llevar por las reglas que impone el juego prohibido.