La protagonista es una mujer en busca de su última casa, un refugio para el tramo final del camino. Una finca en Hendaya llama su atención y en ella centrará todo su empeño.
La suya no ha sido una vida común y tampoco lo serán los esfuerzos que habrá de realizar para hacerse con esa vivienda. Una andadura en la que, rodeada de vecinos que se espían mutuamente, fantasmas, amistades y decisiones del pasado se entremezclan con vivencias actuales.
Sin ser un thriller o una novela negra, en La última casa hay gestos que parecen salidos de una película de misterio -un cadáver, disfraces, pelucas, falsificadores, vecinos vigilantes- que ayudan a crear una atmósfera y un ambiente especiales y que añaden otros colores al relato.
La protagonista es una mujer en busca de su última casa, un refugio para el tramo final del camino. Una finca en Hendaya llama su atención y en ella centrará todo su empeño.
La suya no ha sido una vida común y tampoco lo serán los esfuerzos que habrá de realizar para hacerse con esa vivienda. Una andadura en la que, rodeada de vecinos que se espían mutuamente, fantasmas, amistades y decisiones del pasado se entremezclan con vivencias actuales.
Sin ser un thriller o una novela negra, en La última casa hay gestos que parecen salidos de una película de misterio -un cadáver, disfraces, pelucas, falsificadores, vecinos vigilantes- que ayudan a crear una atmósfera y un ambiente especiales y que añaden otros colores al relato.