«Su propio cuerpo se le antojó una cárcel de barrotes que se cerraban ante sus ojos, y lo que había entrado en ella se expandió para tomar el control de cada parte. Solo quedó su conciencia asustada y agazapada en una esquina de su mente. Una mera espectadora».
Tras tres mil años de paz, los seres mágicos de Elania empiezan a ser asesinados.
«Su propio cuerpo se le antojó una cárcel de barrotes que se cerraban ante sus ojos, y lo que había entrado en ella se expandió para tomar el control de cada parte. Solo quedó su conciencia asustada y agazapada en una esquina de su mente. Una mera espectadora».
Tras tres mil años de paz, los seres mágicos de Elania empiezan a ser asesinados.